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Acerca de la subjetividad actual
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Acerca de la subjetividad actual
Dr. Luis Nenkies

Buenos Aires, 17 de marzo de 2021.

“La Pandemia no acabará con el mundo,
pero acabará con el mundo de las certezas.”
Daniel Imerary (filósofo español).

Entendiendo que la subjetividad y su correlato social, la Identidad, es la representación de la percepción que un sujeto tiene de su realidad y de sí mismo, de acuerdo a su contexto atravesado por sus saberes, el modelo de verdad de su época, el poder de turno y los avatares de su propia vida, no constituye una construcción estable y definitiva, sino que se va modificando por las transformaciones de la realidad y de su propia vida.

Foucault considera tan importante este concepto que sugirió incluirlo como 3ª. Tópica en la teoría psicoanalítica.

Desde los más remotos tiempos, los hombres encomendaban sus destinos a los dioses no solo en los pueblos politeístas sino aun en los monoteístas, que luego compartieron su subordinación con distintos poderes: monarcas, señores feudales, militares, religiosos, políticos, hasta que llega la Modernidad, la misma fue desterrada –junto con todo su relato– por la llamada Postmodernidad del brazo del Neoliberalismo, el economicismo más acérrimo de la historia, que viene imponiéndose desde hace más de treinta años, instalando un mundo distópico que proclama la Revolución de la alegría y el pensamiento único, sostenido por la Globalización, la tecno ciencia, una abrumadora red social que genera una subjetividad atravesada por el consumismo, el individualismo y el ‘opacamiento’ de la singularidad, el deseo y el sentimiento de finitud.

La aparición de la Pandemia que nos asola, de manera disruptiva, echó por tierra el proyecto faraónico del Neoliberalismo generando un nuevo escenario que se mantiene hasta la actualidad. Esto motivó la deconstrucción paulatina de la subjetividad anterior, sus valores, sus verdades y aun de sus saberes frente al virus a través del colapso de las ciencias duras y aun de las llamadas blandas, provocando una Subjetividad en transición alimentada por el miedo, la incertidumbre, la pérdida de las coordenadas de tiempo y espacio, el ahogamiento en un presente que no avizora un futuro posible –salvo los esfuerzos desmedidos de un capitalismo que no quiere desvanecerse– y, sobre todo, la percepción de un sentimiento de finitud que de virtual se ha hecho presencial, planteando desde Kant un interrogarte: ¿quién soy? ¿quién fui?, ¿quién seré? Sin instancias protectoras, sin otro que no existe según Jacques-Alain Miller, al tiempo de una guerra sin cuartel competitiva y desigual por la obtención de la icónica vacuna.

En medio de esta caótica realidad irrumpe el dislate enunciado por la veterana actriz francesa Brigitte Bardot, quien bendice la llegada del coronavirus, no solo porque beneficia a la naturaleza, sino que por la mortandad que genera regula la superpoblación mundial. Este comentario entre absurdo y perverso no es un pensamiento aislado. No hace mucho Mdme. Lagarde –la ex directora del FMI– se quejaba de que la gente vivía demasiado, lo que generaba una superpoblación que afecta el proyecto de una economía sustentable.

En 1999 apareció el impactante “Informe Lugano” –escrito por la insigne socióloga Susan George franco-americana– actualmente agotado y que revela en un clima de semi ficción que en la ciudad de Lugano (Suiza) los economistas más poderosos habían convocado a los diez representantes más notables en los distintos saberes –economistas, antropólogos, psicólogos, políticos, etc.– a fin de diseñar durante un año las mejores estrategias para mantener o mejorar los beneficios económicos.

Se barajaron distintas conclusiones, pero la más terrible es que sobraban 2.000 millones de habitantes en el mundo que interferían en el proyecto económico y que inevitablemente debían ir desapareciendo.

Se sugirieron distintas posibilidades, el descenso de la natalidad, generar guerras en países pobres, el SIDA en su momento, epidemias, desocupación, sub alimentación, etc.

En tanto ese poder económico decide sostenerse a toda costa a través de la robotización, la desocupación, el capitalismo de plataforma y, por supuesto, la interminable red social.

Frente a esto: ¿qué subjetividad sobrevendrá?; seguramente será a través de una inevitable grieta entre aquellos que añoran el consumismo, la Revolución de la alegría o los exterminadores como Bardot, Lagarde, Lugano o quizás los militantes perpetuos de una sociedad más justa, más comunitaria y sobre todo menos feudal.


Acerca del autor:

Dr. Luis Nenkies.
Psiquiatra y Psicoanalista.
Presidente del Círculo de Psicología Profunda, 1990 a 2015.
Docente en UBA, 1980 a 1992.
Jefe interino del Servicio de Salud Mental del Hospital Fernández, 1985 a 1990.
Coautor del libro Depresiones y Antidepresivos. De la neurona y de la mente, de la molécula y la mente, Editorial Panamericana, Buenos Aires, 2001.
Autor de artículos sobre la especialidad publicados en revistas nacionales y extranjeras.


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