Textos de acceso libre
Teoría de los afectos
Su relación con el desarrollo del aparato mental
Dr. José Cukier
Algo más acerca de la pasión
La constelación pasional está constituída por un deseo, acompañado de afectos del tipo de los celos, terror, humillación, de los cuales el yo intenta sustraerse mediante una conjunción de actos. La trama sobre la que se sustenta el entretejido de la pasión se constituye por: las erogeneidades en juego, las defensas predominantes, la hipertrofia del afecto y la tramitación de éste en una intensa actividad. El afecto, constituye la parte del sostén identificatorio, como cuando alguien afirma de sí, "soy un apasionado de". En "Dostojevski y el parricidio", Freud dice que "[...] de acuerdo con la relación de fuerzas entre las exigencias pulsionales y las inhibiciones que las contrarrestan (más las vías de sublimación disponibles) habría que clasificar a Dostojevski como uno de esos caracteres llamados "apasionados" {"triebhaft"} [...]". La pasión se acompaña regularmente de una desmentida del juicio que tiende a disminuir el prestigio y valor del objeto de la pasión, previamente investido como ideal. Sucede algo semejante al enamoramiento, tiene eficacia en lo anímico, promueve perversiones y cancela represiones. Brevemente se pueden caracterizar las múltiples formas de pasión tomando en cuenta:
-a. La consumación o no de la meta sexual de modo directo. Se puede singularizar por el esfuerzo de consumación o por el contario la renuncia. La pasión puede liberarse en relación con el objeto, pero no necesariamente en contacto con su cuerpo.
-b. El tipo de pulsión parcial que se tramita. Por ejemplo en la fijación pre-oral intrasomática, deviene en la pasión numérica especuladora remanente de carácter regresivo ante la imposibilidad de sostener vínculos humanos. En la fijación oral primaria deviene en la pasión cognitiva por develar incógnitas abstractas. En la oral secundaria se expresa como la pasión amorosa de consustanciación con el objeto. En la anal primaria se manifiesta como la pasión justiciera vindicatoria. En éstas pasiones, la debilidad de la ensabladura psíquica, es facilmente arruinada, porque no se tolera el displacer como forma de ser. En la fijación anal secundaria puede devenir en la pasión por coleccionar, en la fálico uretral pasión por la aventura y en la fálico genital, pasión estética. Naturalmente, en la clínica las formas son mixtas, cambiantes y de articulación variable.
-c. La magnitud del sentir. Puede ser: mesurada (con un vínculo de ternura intenso), media (pasional, con desborde), intenso (con abolición de la mesura, de los matices y con signos de intoxicación).
-d. Desde el punto de vista vincular, el apasionado promueve que los otros se distribuyan en torno de la desmentida y el esfuerzo por sostener la idealización del objeto, rechazando aquello que pueda denunciar alguna diferencia entre el objeto de la pasión y el ideal. Esta promoción de ciertas posiciones para el otro, corresponde al criterio de Freud de "Psicología de las masas...", (modelo, objeto, auxiliar, enemigo), con una regresión del yo y el privilegio de la afectividad sobre el pensar.
La pasión creadora implica mayor autonomía intrapsíquica y menor dependencia de la vitalidad ajena, con diferentes posibilidades de procesamiento y destino.
¿Qué sucede cuando la pasión sin sublimación claudica? ¿Cuando el Superyo no reconoce al yo a pesar de la sumisión de éste y le exige mayor goce?, ¿Cuando ya no es posible tramitar una voluptuosidad desenfrenada? Puede tener diversas derivaciones (según el punto de fijación). A manera de ejemplo puedo señalar que en la fijación pre-oral intrasomática, puede devenir en una manifestación psicosomática o en accidente. Si la fijación es oral primaria, puede desembocar en adicciones o en las pasiones místicas (de religiones exóticas) que al fracasar derivan en el alcoholismo o en la drogadicción. Surge el proceso tóxico cuando claudica la posibilidad de ligar la pulsión con algo en el mundo. El afecto hiperintenso no alcanza para satisfacer; en lugar de cancelar la urgencia pulsional, promueve una mayor exigencia de trabajo y mayor tensión. Mientras la pasión subsiste, hay un matiz afectivo y conciente, cuando se intensifica surge la intoxicación sin cualidad, hasta el estallido catártico. Este puede intercalarse con la pasión, y así alternarse pasión, intoxicación y descarga. En la intoxicación, se interfiere la capacidad de producir por proyección, un espacio sensorial sobre el cual podría recaer la investidura pulsional. Al no constituirse el universo sensorial, surge un conglomerado sin proyectos alternativos. Un estado de embotamiento en que ya ni el objeto de la pasión es suficiente para satisfacer y ligar las exigencias libidinales. Entonces la desestimación sustituye a la desmentida. Surgen los celos delirantes, los amores tempestuosos como esfuerzo para sustraerse del riesgo de intoxicación libidinal. Puede seguirse de una manifestación orgánica, con un vínculo esclavizante con otra persona, aparentemente violenta y posesiva. Esta persona es alimentada por proyección del sujeto apasionado. Lo que en verdad sucede es que la pulsión proyectada, queda representada por un objeto. Este retorna como alguien del mundo que impone la sumisión del apasionado. Se dan entonces vínculos interindividuales con pasión y estados tóxicos que se alternan.
Cuando queda estancamiento con restos pulsionales no ligados ni descargados, el Yo, pasivo ante la pulsión padece afectos automáticos y no desarrolla matices. No hay proyección, ni objeto ni circunstancia que resulten investidas. En este caso un fragmento del cuerpo, siempre presente, se presta para la afección somática.
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