La época y su empuje no
retroceden, es una ocasión entonces pare re-interrogar algunas nociones que
amenazaban en convertirse fallidamente en categorías.
Profundizando el borde
epistemológico, las reuniones de este año estarán dedicadas a volver a
poner en tela de juicio falsos diagnósticos que desconocen las categorías
que permiten un tratamiento de lo real del síntoma. Al considerarlo desde
las neurociencias, no pocos analistas han creído encontrar el horizonte
para su práctica en reducir el sujeto a su cerebro. Pero este “otro”
psicoanálisis es el de siempre, el que ha hecho del encuadre su norte,
burocrático y tradicionalista.
Lacan en los párrafos finales
de "La tercera" dice que el porvenir del psicoanálisis es
algo que depende de lo que ocurra con un real habitado por los "gadgets" y de
cómo el psicoanálisis pueda ponerse en cruz con lo que es dado
incesantemente a consumir.
Entre esos "gadgets" se
encuentran también diagnósticos que se ofrecen al consumo. Trabajando al
ras de la clínica, comenzaremos intentando transitar una vía epistemológica
que pueda desmontar lo que se esconde tras los diagnósticos de ataque de
pánico o de depresión o en los suicidios en los que los registros real,
simbólico e imaginario lejos de discernirse se pegotean.
A estos problemas “clásicos”
dentro del psicoanálisis sumaremos nuestra (a)puesta en el debate sobre la
biotecnología y sus consecuencias. Partimos de una precisión hecha por Lacan,
hace ya cincuenta años, en la que sostiene “(...) que el sustrato
biológico del sujeto esté interesado en el análisis hasta en sus fondos, no
implica en modo alguno que la causalidad que descubre se pueda reducir ahí
a lo biológico. Es lo que indica la noción, primordial en Freud, de
sobredeterminación, hasta hoy nunca elucidada” (1).
La pregunta por la causa y la
noción de sobredeterminación del párrafo elegido, proponen un recorrido. La
localización de las bases neurológicas que se activan ante determinados
estímulos, no pueden decir demasiado sobre la singularidad de lo que Freud
denominaba vasos comunicantes, del nudo del síntoma que aqueja al que
consulta.
La complejidad
que separa lo neural de lo nodal (2) merece un seguimiento. Y esa es
parte de la propuesta que queremos trabajar, comenzando por el llamado
ataque de pánico, cuadro en el que el afecto se traduciría, sin mediación
alguna, en síntoma corporal. Para iniciar el recorrido proponemos la
lectura del capítulo V de “Psicología de las masas...” y la clase XXIV del
Seminario “Las formaciones del inconsciente”.
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