Textos de acceso libre
Pandemia.
Dr. Félix Giménez Noble
A. El psicoanálisis y su relación con la peste. B. Consejos sobre técnica psicoanalítica para recordar, repetir y utilizar sin variaciones en el análisis no presencial.
Buenos Aires 7 de abril de 2020.
“Para mí es tan arbitrario dotar a todas las criaturas de la Naturaleza con una psique como negar radicalmente que la posean. Concedamos a la naturaleza su variedad infinita, que va desde lo inanimado hasta lo orgánicamente animado, desde lo que lo que vive sólo físicamente hasta lo espiritual. Sin duda lo inconsciente es el mediador más adecuado entre lo físico y lo mental, y quizá hasta resulte el muy buscado y jamás hallado eslabón perdido.”[1]
Viena IX, Bergasse 19, 5-6-17.
A. El psicoanálisis y su relación con la peste.
Todos hemos escuchado que hay una pandemia que asola al mundo. Las noticias, vistas y oídas, muestran la enfermedad y hablan del deceso de una proporción de los contagiados. El rol de ‘causa’ se le adjudica a la metáfora médica -Covid 19-,[2] pero el sentimiento ominoso que produce procura resonancia inminente con la compulsión interior de repetición. Ambos actos se confunden en este avatar trágico: el poder incoercible representado por la diseminación y el contagio (la compulsión de la naturaleza), y la funesta evocación perceptual de que esto, en la humanidad, ya ha sucedido incontables veces (la repetición).
La leyenda de Edipo ha capturado esta compulsión, para postular la relación entre la culpa inconsciente devenida del parricidio y el incesto con el estallido de la peste en su reino de Tebas.
En su diversidad, discursos aparentemente disímiles como el de los ecologistas o los religiosos, convergen en una intuitiva certidumbre que acusa al ser humano por sus malas acciones.
El aislamiento, barajado como probabilidad de mitigar (y en el mejor de los casos, eludir) el castigo, a la vez pone al descubierto la verdad última de la esencia humana: cualquiera puede matar (contagiar) al otro o a varios. El más fuerte mata al más débil (filicidio o parricidio) y luego, carga con la culpa (los que desobedecen la cuarentena decretada por la ley).
Hasta que el porvenir consienta manifestarse, el fallo permanecerá indiscernido. He aquí uno de los fundamentos de la angustia.
La desaparición del futuro
El tiempo y el espacio son -a la vez- causa y consecuencia de la organización del yo y en ellos se respalda su coherencia.
El ahora y el aquí pueden facultar la evocación, siempre que la misma sea reconocida por el yo como ‘algo anterior’. Sueños y recuerdos son capaces de suscitar extrañeza, pero, en condiciones normales, el yo no debería desestabilizarse. La construcción de síntomas -por medios obsesivos, histéricos o evitativos- tiene por objetivo la tarea de aislar los focos patógenos del pasado. El ‘contagio’ del ayer al hoy, produce un desmedro parcial del yo: desalojar lo que puede dañarlo (represión) y el sitio que lo pulsional le impone a lo reprimido (fijación de la pulsión a la represión intermediada por el factor compulsional de la pulsión) es la solución[3] lograda por el yo, con el aporte del ello, y lo que llamamos neurosis.[4]
La representación del ‘mañana’ tiene un gran valor psíquico y es portadora de un alivio análogo al que produce el despertar de una vivencia onírica. Aún en su carácter imaginario, el ‘dentro de un rato’, ‘el viernes o el año que viene’, cumplen con darle consistencia a un residuo diurno, de la vigilia, perceptual y consciente, para hacerle frente a la incertidumbre. El super yo le echa una mano a través del concepto de ‘obligación’; ‘dentro de un rato tengo que estudiar’, ‘el viernes hay que cambiar la hora de análisis de’, ‘el año que viene’, etc.
Es frecuente que, durante las horas que estamos viviendo, uno de los comentarios más usuales sea: “Es raro”, “Es una situación extraña”. Sucede que en la vida de vigilia, el aislamiento y la cancelación de obligaciones sólo ha sido experimentada por aquellos que han sufrido alguna limitación; física (convalescencias) o el fin de una relación de dependencia (jubilación). También cabe incluir los casos de separaciones conyugales, pérdidas que al conspirar contra la vivencia cotidiana de ‘lo familiar’, producen también la sensación de extrañeza cuyas raíces se encuentran en el sentimiento de desvalimiento infantil y en los miedos más primarios como a la oscuridad y al silencio. Pero en el caso de los divorcios, la función del super yo solamente es cancelada en patologías severas. De no existir dicha perturbación, por lo general, las obligaciones aumentan y reclaman nuevas formas de organización, las cuales contribuyen a la estabilidad del yo.
Si bien la idea ‘futuro’ siempre ha sido y será imaginaria, resulta muy necesaria para respaldar las funciones yoicas fundamentales: el criterio y la sensatez, las cuales (cuando pueden) les plantan bandera a la aspiración pulsional de control y a la elación. Contar aquí el innumerable número de transgresores, algunos los cuales, en su desesperación, han violado el aislamiento para salir a danzar con el demonio.
Provisionalmente podemos concluir con un breve inventario de lo que esta peste ‘nos está diciendo’. La materia prima de nuestro ser-humanos es la pasión por la destructividad y, paradojalmente, lo que nos humaniza, es conseguir evitarla. La naturaleza nos recuerda, cada vez que puede, nuestra impotencia. Podemos recrear -en soledad- las obligaciones que necesitamos para sostenernos gracias a nuestra tecnología. Por ahora, somos inmunes a los virus que afectan a nuestras computadoras.
Esperemos que no sean capaces de mutar.
B. Consejos sobre técnica psicoanalítica para recordar, repetir y utilizar sin variaciones en el análisis no presencial.
Los límites que se le imponen al analista:
1. Renuncia a las representaciones finales-formales
“De estos dos enunciados (que con el abandono de las representaciones-meta concientes se entrega a unas representaciones-meta ocultas el gobierno sobre el decurso de las representaciones, y que las asociaciones superficiales son un sustituto, por desplazamiento, de otras sofocadas que calan más hondo) hace el psicoanálisis amplísimo uso en las neurosis; aún más: los eleva a ambos a la condición de pilares de su técnica.” [5] [Las negritas son mías]
Así como una sesión puede parecer ‘una charla’, pero no lo es, lo mismo debe suceder durante una comunicación virtual, con imágenes solamente acústicas (teléfono) o aún con la perturbación del agregado de imágenes visuales (Skype).
2. Restarle ingenuidad al vivenciar personal
Nuestros días transcurren al filo del aturdimiento por causa de noticias portadoras de asuntos de escasa variabilidad. Se trata de estímulos remanidos cuya reiteración sobrecarga las emociones en detrimento de la importancia de lo que representan los números; sean infectados o muertos. La reiteración ‘uniforma’ la vida afectiva acorralándola a la manera de un ritual. Lo que se da a conocer por los medios remeda -sin proponérselo- un anatema: “se viene tu merecido castigo”. Dicha realidad, referida por el paciente, cuenta con todas las ventajas para ‘ocupar’ a la persona del analista e inhibirlo en su función. Abortada la posibilidad de analizar, la comunicación continuará presumiendo ‘contención’, ‘apoyo’, ‘advertencias epidemiológicas’ ‘consideraciones otras’, etc.
Por eso, que una sesión (o la mayoría, seguramente) comience con el “Aquí estoy, encerrada…” incrementa el desafío de la atención parejamente flotante por nuestra parte pero no solamente pendiente de lo que atañe al paciente, sino a la tentadora claudicación de nuestra posición analítica (“A mí me pasa lo mismo, estoy encerrado…” etc.)
3. Solamente puede analizarse lo que ya sucedió.
“…el presente tiene que devenir pasado si es que han de obtenerse de él unos puntos de apoyo para formular juicios sobre las cosas venideras.”[6]
Referencias
- “Carta a Georg Groddeck 176 “Epistolario II” Freud, (1917) 1 (Extractos) Editorial Plaza & Janés, Barcelona, 1970. [Las negritas son mías]
- Vincent C. C. Cheng, Susanna K. P. Lau, Patrick C. Y. Woo, and Kwok Yung Yuen: “The presence of a large reservoir of SARS-CoV-like viruses in horseshoe bats, together with the culture of eating exotic mammals in southern China, is a time bomb.”, en “Severe Acute Respiratory Syndrome Coronavirus as an Agent of Emerging and Reemerging Infection”, en Clinical Microbiology Reviews, American Society for Microbiology, 20 de octubre de 2007, disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2176051/, verificado 6 de abril de 2020.
- Transacción cuyo propósito parece ser un control de daños.
- Sigmund Freud: "Inhibición, síntoma y angustia" (1926 [1925]), en Obras Completas, Volumen XX, Amorrortu Editores, Buenos Aires, 2006, p. 144.
- Sigmund Freud: "La interpretación de los sueños" (1900 [1899]), en Obras Completas, Volumen V, Amorrortu Editores, Buenos Aires, 2005, p. 525.
- Sigmund Freud: "El porvenir de una ilusión" (1927), en Obras Completas, Volumen XXI, Amorrortu Editores, Buenos Aires, 2006, p. 5.
Autor del curso a distancia:
|